lunes, 14 de abril de 2014

Análisis, musica, película y cuento

Kevin Johansen, Liniers y The Nada


Es simple, Kevin Johansen canta lo que le da la gana. Con un ritmo a veces de pop rock latino, ska, otras de fusión andino, o como dice él "cumbia andina glam", hace que sus canciones sean una poesía a los sueños, al amor, pero sobre todo a la vida.
Es refrescante, lo necesario como para olvidar la música comercial que invaden nuestras radios con falta de cerebro, pero que simplemente transmiten lo que la gente con paralicis musical quiere.
Nos invita a soñar, algo que en esta era invadida por la tecnología parece muy difícil y solo es cuestión de tomarnos el tiempo para hacerlo.
El gran Liniers plasma en sus mágicos dibujos lo que probablemente no se podría hacer en un videoclip, transmite de una manera genial lo que Kevin quiere decirnos en cada una de sus canciones. Se siente la sencillez de este dibujante al "ofrendar" al público (como dice Kevin) sus dibujos en forma de avioncitos.

Antes del atardecer


Ambientado en ciudades en las que no resulta muy difícil enamorarse. Viena es la primera locación de el encuentro entre Jesse y Celine, un tren es testigo de la promesa de dos jóvenes que se juraron verse 6 meses después.
Nueve años después tienen un encuentro fortuito en una librería, esta vez en la ciudad del amor, París, que es donde ella reside, él ahora vive en Nueva York.
Esta película de Richard Linklater nos deja la sensación de que si alguien es para ti y se va de tu lado en algún momento, no importa el tiempo que pase, se encontraran de nuevo.

La casa de Asterión 


Asterión, un minotauro solitario en una enorme casa que describe con puertas infinitas sin cerraduras, una casa vacía, existen numerosos pasadizos, corredores y patios. Juega a las escondidas en la casa que cree infinita, también se distrae jugando a hacerse el dormido.
Aterrado por la presencia de la gente en el exterior lo anima a seguirse internando en la inmensa casa.
Para colmo de su soledad cada nueve años es testigo de la muerte de nueve hombres que entran a la casa, uno de ellos le profetiza que algún día llegará alguien, o algo que lo liberará de su eterno suplicio. El minotauro tiene la esperanza de que su soledad terminará.
Teseo (en la mitología griega héroe que se encarga de acabar con el minotauro) es quien una mañana libera a Asterión de su suplicio.

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